El proyecto arquitectónico para la reforma de la radiología intervencionista se enfoca en crear un espacio funcional y acogedor, considerando las necesidades específicas de un entorno donde los pacientes permanecen despiertos durante los procedimientos. Con una gran cantidad de personal trabajando simultáneamente y la presencia frecuente de aprendices, se ha diseñado un espacio que permite una observación discreta sin interferir en el trabajo de los médicos.

La distribución del espacio se ha optimizado para maximizar la eficiencia y el orden. Se han creado rincones donde los observadores pueden estar presentes sin perturbar el flujo de trabajo. Se ha prestado especial atención al almacenamiento, asegurando que todos los equipos y suministros estén organizados y accesibles, lo que contribuye a reducir el desorden visual. Nichos bien definidos mantienen los suministros fungibles ordenados y fuera del camino.

El diseño se basa en una paleta de colores dominada por el blanco, que aporta luminosidad y sensación de amplitud, contrarrestando la falta de luz natural propia de un entorno de sótano. Además, se utiliza madera para añadir calidez y confort al espacio, creando un ambiente acogedor para pacientes y personal por igual.